martes, 29 de noviembre de 2011

Frases de Juan Pablo II

 
  •  La peor prisión es un corazón cerrado.
 
  • La paz exige cuatro condiciones esenciales: Verdad, justicia, amor y libertad.
 
  • Amar es lo contrario de utilizar.
 
  • En realidad, todas las cosas, todos los acontecimientos, para quien sabe leerlos con profundidad, encierran un mensaje que, en definitiva, remite a Dios.
 
 
  • Que nadie se haga ilusiones de que la simple ausencia de guerra, aun siendo tan deseada, sea sinónimo de una paz verdadera. No hay verdadera paz sino viene acompañada de equidad , verdad, justicia, y solidaridad.
 
  • La violencia jamás resuelve los conflictos, ni siquiera disminuye sus consecuencias dramáticas.
 
  • El diálogo, basado en sólidas leyes morales, facilita la solución de los conflictos y favorece el respeto de la vida, de toda vida humana. Por ello, el recurso a las armas para dirimir las controversias representa siempre una derrota de la razón y de la humanidad.
 
  • Por eso América: si quieres la paz, trabaja por la justicia. Si quieres la justicia defiende la vida. Si quieres la vida, abraza la verdad, la verdad revelada por Dios.
 
  • La familia está llamada a ser templo, o sea, casa de oración: una oración sencilla, llena de esfuerzo y ternura. Una oración que se hace vida, para que toda la vida se convierta en oración.
 
  • La familia es base de la sociedad y el lugar donde las personas aprenden por vez primera los valores que les guían durante toda su vida.
 
 
 
 

 

lunes, 21 de noviembre de 2011

Educación Pastoral

En 1943 ingresó en el seminario clandestino que había fundado Monseñor Adam Stefan Sapieha, cardenal arzobispo de Cracovia, iniciando la carrera de Teología. Fue ordenado sacerdote de la Iglesia Católica el 1 de noviembre de 1946 en la capilla privada arzobispal.


Poco después se trasladó a Roma para asistir a los cursos de la Facultad de Filosofía delPontificio Ateneo Angelicum, obteniendo el doctorado en Teología con la tesis El acto de fe en la doctrina de San Juan de la Cruz.


En 1948 regresó a Polonia y ejerció su primer ministerio pastoral como vicario coadjutor de la parroquia de Niegowić, en los alrededores de Cracovia, durante trece meses. En noviembre de ese mismo año obtuvo la habilitación para ejercer la docencia en la Facultad de Teología de la Universidad Jagellónica. El 17 de agosto de 1949 se trasladó como vicario a la parroquia de San Florián, en Cracovia, donde ejerció el ministerio durante dos años, alternándolo con su trabajo de consejero de los estudiantes y graduados de la universidad estatal de esa ciudad.


Era muy popular entre los estudiantes, con los que iba muchas veces de excursión, cosa que no era común en aquellos tiempos, pues podía llamar la atención de las autoridades policiales.


Nombrado profesor de Teología Moral y Ética Social del seminario metropolitano de Cracovia el día 1 de octubre de 1953, comenzó en 1954a impartir clases de Ética en la Facultad de Filosofía de la Universidad Católica de Lublin, en la que dos años después fue nombrado director de dicha Cátedra.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Sus otras visitas a Argentina

El 11 de junio de 1982 Juan Pablo II arribó a la Argentina, donde fue recibido por una multitud. "Vengo impulsado por el amor de Cristo", dijo al arribar al aeropuerto de Ezeiza.


El Sumo Pontífice fue recibido en la Catedral metropolitana y presidió una misa en la Basílica de Luján ante miles de fieles, donde bendijo la imagen de la Vírgen y pidió la pacificación de los espíritus y la comprensión de los pueblos.


El 6 de abril de 1987 Juan Pablo II llegaba en una visita de una semana por segunda vez a la Argentina, tras permanecer siete días en Chile. El Papa había sido invitado por los episcopados de ambos países en agradecimiento por la mediación de Vaticano en el conflicto por el canal de Beagle.


En aquella ocasión, Juan Pablo II presidió el Encuentro Mundial de la Juventud y celebró en el Obelisco la misa del Domingo de Ramos para más de 750.000 fieles que lo vivaban: "Juan Pablo II, te quiere todo el mundo"
VIAJES, PUBLICACIONES Y CEREMONIAS


Desde el comienzo de su pontificado, el 16 de octubre de 1978, el Papa Juan Pablo II realizó 99 viajes pastorales fuera de Italia, y 142 por el interior de este país. Además, como Obispo de Roma visitó 301 de las 334 parroquias romanas.


Ningún otro Sumo Pontífice se encontró con tantas personas como Juan Pablo II: más de 16.700.00 peregrinos participaron en las más de 1000 Audiencias Generales que se celebran los miércoles. Ese número no incluye las otras audiencias especiales y las ceremonias religiosas (más de 8 millones de peregrinos durante el Gran Jubileo del año 2000) y los millones de fieles que el Papa encontró durante las visitas pastorales efectuadas en Italia y en el resto del mundo.


Realizó 38 visitas oficiales y las 690 audiencias o encuentros con jefes de Estado y 226 audiencias y encuentros con Primeros Ministros.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Juan pablo y su relación con Joseph Ratzinger


Peter Sewald pregunta a Benedicto XVI
¿Quería Juan Pablo II que usted fuese su sucesor? 
el Santo Padre Benedicto XVI responde:
“No lo sé. Creo que lo dejó enteramente en manos de Dios.”

Y vuelve a preguntar Sewald:
De todos modos no lo relevó de su cargo. Eso podría entenderse como argumento e silencio, como un argumento tácito a favor del candidato predilecto.

Responde el Papa:
“Él quiso que yo permaneciera en mi cargo. Eso es evidente. Cuando se acercaban mis 75 años, la edad en que se presenta la dimisión, me dijo: «No es preciso que escriba la carta, pues yo quiero seguir teniéndolo hasta el final». Era la gran benevolencia inmerecida que tuvo hacia mi desde el comienzo. Había leído mi Introducción al cristianismo. Al parecer, era una lectura importante para él. Inmediatamente después de llegar a papa se había propuesto llamarme a Roma como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Había depositado una gran confianza, una confianza muy cordial y profunda en mi persona. Por así decirlo, era como la garantía de que seguiríamos el curso correcto en la fe.”

Juan Pablo II "vuelve" a México el 17 de agosto


MÉXICO D.F., 05 Ago. 11 / 08:10 pm (ACI/EWTN Noticias)

La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) informó hoy que el próximo 17 de agosto llegarán a México las reliquias del Beato Juan Pablo II que recorrerán el país por un periodo de 4 meses.
La secretaría general de la CEM dio a conocer un comunicado en el que señala que las reliquias del Papa peregrino, que visitó México en cinco oportunidades, llegan al país tras el pedido de los obispos a las Congregaciones para el Culto Divino y las Causas de los Santos en el Vaticano.
La peregrinación, indica el texto, comenzará el jueves 25 de agosto en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe en el Distrito Federal.
Las reliquias de primer grado consisten en una cápsula que contiene sangre del recordado Beato, que estarà acompañada de una figura de cera del Pontìfice polaco, revestida con los distintivos pontificios.
Los obispos exhortan a los fieles de México a hacer de este acontecimiento "una gran oportunidad para profundizar el legado que nos dejó el Beato Juan Pablo II, que fue capaz de cambiar el rostro de laIglesia al inicio del Tercer Milenio, que transformó vidas humanas e influyó en la vidade muchas naciones con la fuerza del Evangelio".

lunes, 5 de septiembre de 2011

Primera visita: 11 y 12 de junio de 1982



El 2 de abril de 1982 la Argentina recupera las Islas Malvinas, lo que desencadena la reacción británica y sobreviene la guerra entre la Argentina y el Reino Unido. En esos días se conoce la noticia de que el 28 de mayo el Papa haría una visita apostólica a Gran Bretaña, largamente preparada. Es entonces cuando Juan Pablo II, con paternal delicadeza, decide efectuar fuera de todo programa y sin preparación alguna, una visita fugaz a la Argentina. Inmediatamente escribe una carta a los argentinos fechada el 25 de mayo, que comenzaba diciendo: «A los queridos hijos e hijas de la Nación Argentina: Os escribo por mi propia mano porque siento que debo repetir el gesto paternal del Apóstol Pablo hacia sus hijos, abrazándolos en la fe». El Sumo Pontífice expresó que su viaje a la Argentina era eminentemente pastoral. «Mi viaje a la capital argentina –dijo– es un viaje de amor, de esperanza y de buena voluntad, de un Padre que va al encuentro de los hijos que sufren».

Esta visita constituyó, según opinión de numerosos y caracterizados testigos argentinos y extranjeros, un «acontecimiento nunca visto en el país» y «tal vez la mayor concentración de gente que haya recibido el Papa en sus trece visitas hasta el presente».


11 de junio

A las 8.50 aterrizó en el aeropuerto internacional de Ezeiza el avión que conducía a Juan Pablo II. El arzobispo de Buenos Aires, cardenal Juan Carlos Aramburu y el nuncio apostólico, monseñor Ubaldo Calabresi, subieron a la aeronave a dar la bienvenida al Papa. Luego de besar el suelo argentino, el Santo Padre fue recibido por el Presidente de la Nación, General Leopoldo Fortunato Galtieri y por autoridades civiles y militares. Durante los 40 kilómentros de su viaje hacia la catedral de Buenos Aires por las autopistas Ricchieri y 25 de Mayo, miles de personas, a pesar del crudo tiempo invernal, saludaban con desbordante entusiasmo al Santo Padre, que respondía visiblemente emocionado a los saludos de la multitud.

En la catedral metropolitana lo esperaban sacerdotes, seminaristas, religiosos, religiosas y miembros de movimientos eclesiales, junto con los obispos argentinos y presidentes de las conferencias episcopales de Latinoamérica. Luego de orar ante el Santísimo Sacramento, pronunció un alocución e impartió la bendición a los presentes.

En la Casa Rosada, fue recibido por el Presidente y tuvo un encuentro con los miembros de la Junta Militar. Luego pasó a la capilla de la Casa de Gobierno donde oró unos momentos. Antes de retirarse el Santo Padre se asomó al balcón para saludar a la inmensa muchedumbre que colmaba la Plaza de Mayo.

Poco después de las 14 el Santo Padre inició su viaje a Luján, distante 70 kilómetros de Buenos Aires. En la Basílica Nacional, ante la imagen de la Patrona de la Argentina, Juan Pablo II oró por la paz, luego le ofreció a la histórica imagen la «Rosa de Oro» que le había traído desde Roma. Concelebró la Misa con los cardenales, obispos y sacerdotes presentes, ante una multitud calculada en una cifra cercana a las 700.000 personas. Juan Pablo II pronunció una homilía en la que exhortó a imitar a Cristo, pidió por los muertos en la guerra con Gran Bretaña y por la rápida terminación del conflicto.


Sábado 12

El Santo Padre comenzó la jornada trasladándose a la Curia Metropolitana donde tuvo un encuentro con los cardenales y obispos argentinos, los presidentes de las conferencias episcopales de Latinoamérica y los miembros directivos del CELAM. Luego de orar en la capilla de la Curia, comenzó su reunión con los obispos, a los que le dirigió un mensaje a puertas cerradas.

Luego de saludar a la multitud desde los balcones de la Curia arzobispal se dirigió en «papamóvil» hasta Palermo, donde junto al Monumento de los Españoles se había levantado un gigantesco altar cubierto en el que se concelebró la Santa Misa ante una inmensa multitud, en su mayoría jóvenes. Durante su homilía se refirió a la celebración del Corpus Christi, habló a los jóvenes argentinos, pidió por la paz y recordó a los muertos y heridos en la guerra de las Malvinas.

Finalizada la misa, nuevamente con la repetición de un mismo espectáculo, abigarradas y entusiastas multitudes aplaudieron y vitorearon el paso del Papa por las calles de Buenos y por las autopistas que lo condujeron al Aeropuerto Internacional de Ezeiza. Después de una conversación a solas con el Presidente Galtieri, de unos 20 minutos, el Pontifície pronunció el discurso de despedida que concluyó con un «¡Hasta la vista!».

El papa visita la argentina